Jack, Jill y mi ahora

Quisiera comenzar esto con el siguiente ejercicio: Ponte a pensar en cómo eras hace 3, 4, 5 años y compáralo a cómo eres ahora. ¿Habías notado cuánto es lo que has cambiado? Si quieres me cuentas luego, me va a interesar 🙂


So, hoy tuve serios problemas con la conexión a internet en mi casa, la red se cayó. Como era de esperarse, mi hermana y yo entramos en un periodo de desesperación-frustración-OdioMiVidaNoTengoNadaQueHacerMeJaloLosPelosDiomio, mi hígado produjo cantidades industriales de bilis y mi mente emitió sendos pensamientos bienmalos dirigidos hacia los operarios de Claro (perdónenme, les juro que ya todo bien). La cuestión es que, una vez superada esa etapa, opté por buscar alguna película, cualquiera, en el armario donde mis padres guardan todas los DVDs de 3le que compran (arriba Perú), y bueno, encontré esta peli llamada Jack&Jill.

En realidad primero elegí «Juegos del Hambre» pero pucha, creo que alguien se había sentado sobre él porque estaba todo deformado y mi laptop era incapaz de leerlo, je; la cuestión es que elegí Jack&Jill. Raro no?, sí, fue raro para mí descubrir que aquella película que tenía una de las sinopsis más cursis y clichés que he leído en mi vida, casi casi una canción de Arjona que otrora tiempo me hubiese hecho asquito o tener esa sensación de incomodidad en la piel -la que tengo cada vez que veo algo cursi-, me llamaba la atención. O sea, raro y un poco perturbador, pero anyway, decidí verla, total, ¿qué tan malo podría ser?.

(Muy malo, cholita.)

-Para esto, debería quizás contextualizar la situación mencionando que yo, Viviana «corazón-de-piedra» «no-me-regales-flores-mejor-dame-un-choripan» Rojas tengo muchas virtudes y características interesantes (o sea soy chévere) pero ser sentimental no es una de ellas. Con decirles que cuando tenía 15 años mi enamorado me regaló un peluche, de un osito con un corazón que decía «Te amo» creo, bienbueno él, y.. bueno, no sé cuál habrá sido la expresión en mi rostro al recibirlo que POR ALGÚN MOTIVO no me volvió a regalar un peluche nunca más en todo lo que duró nuestra relación jajajajaja, ayy, siempre me da risa recordar eso. Pobre, bienbueno era. (Si algún día lees esto, perdón no te quise hacer sentir mal pero en verdad el peluche era bien feo, hubiese sido feliz con una hamburguesa o algo así, pero todo bien :D)

PERO YAA, la cosa es que terminé LLORANDO por ver esa película, y mientras lagrimeaba y me sonaba la nariz, me reía de mí misma porque no lo podía creer, estaba anonadada. Mi mamá no lo podría creer, mi mamá la que llora hasta viendo Pataclaun creo. «Qué clase de brujería es esta?? Quién es esta chica y que hizo con Viviana??». Entonces caí en la cuenta de que algo en mi chip ha cambiado radicalmente, emocionalmente hablando, y a qué hora? y por qué nadie me avisó??, no estoy todavía muy segura de qué, de cómo, ni de cuándo pasé de ser la negada de las emociones tiernas a, debo aceptarlo, una mariconita. Toda esta situación me deja un poco preocupada. Obvio, no? Es esto malo? Es esto bueno? El miedo latente a la vulnerabilidad, principalmente. Y me hace pensar, qué excelente, qué emocionante es el cambio, qué aburrido si todos fuéramos siempre las mismas personas que fuimos hace unos años, qué aburrido (y qué feo, dicho sea de paso) si yo me siguiese peinando con raya al medio -la sexy-. El aprendizaje, las experiencias, las caídas, las risas y los llantos, todo te construye -también te destruye pero vale levantarse casero-, qué complejos los sentimientos, las personalidades…diomeo. Y de repente me doy cuenta de que vengo hablando de cambio y cambio desde hace meses, pero es que en eso estoy desde hace meses y todo está relacionado, no me he detenido y me sigo moviendo, mutando si quieren, es algo nuevo para mí y esta es mi forma de asimilarlo, de extrapolarlo.

Pero vale, supongo que es parte de mi reingeniería, justo ahora que está por terminar el año. Y este año ha sido un año DE AQUELLOS. Cada vez más grande, más segura, lamentablemente no puedo decir aún que cada vez esté menos loca, y muy probablemente todavía no sea capaz de sonreír ante un peluche de oso que diga «Te amo» pero paso a pasito, poco a poquito, la esperanza es lo último que se pierde :). Quién sabe, yo creo que las cosas siempre pasan por algo, y me late que fue por algo que se me fue la conexión a red hoy, de otra forma no hubiera visto esa película y no estaría escribiendo esto en este momento. Ya lo iré descubriendo, espero.

Que sigan viniendo cosas buenas.

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